Como ya os expliqué esta semana, Diwali está rodeado de un montón de acontecimientos: festivales culturales, descuentos en ropa y decoración para poder estrenar el día en cuestión y petardos a tutiplén.
El sábado fuimos raudos y veloces a un evento llamado «Ekamra Book Festival». No dudaba que sería algo interesante pues ya he comentado en varias ocasiones la gran afición de los indios por la lectura. Por fortuna o por desgracia, en mi pueblo estas cosas no suceden muy a menudo así que hay que estar al tanto de todo para no perderte nada. Y no os imaginéis que aquí hay carteles que publicitan las cosas en bonitas estampas sobre la Gran Vía de Bhuban-is-war. Como os venía diciendo, no fue bueno, fue glorioso.
A diferencia de otros festivales literarios a los que era asidua en mi añorada ciudad natal, de otros que he podido visitar en otras ciudades estando de vacaciones o de incluso mercados de libros de segunda mano, los indios tienen su propio sello.
El paseo por los puestos nos llevaba desde la novela hasta los libros de ingenierías y carreras técnicas pasando por numerosos libros de meditación y autoconocimiento. También pudimos comprar muchos libros de ejercicios para niños trilingües: English – Hindi – Oria, que espero que me vengan divinamente en esta ausencia de profesor de hindi que se está alargando de forma aplastantemente ridícula.
También nos hicimos con algunos mapas de India y el estado de Orissa. Somos bastante aficionados a estas cosas y aún estamos debatiendo en qué lugar de la casa los vamos a poner. Deberá ser algún sitio práctico porque ayer mismo vinieron unos amigos indios a casa a «hacer un vermut» (en el próximo post, no os pongáis nerviosos) y nos enseñaron los lugares donde habían vivido. Así que hay que tenerlo a mano.
Si algo me ha enseñado mi paso por aquí es que todo ese rollo de la meditación y el autoconocimiento en India son rollos patateros. Si pusiera una tienda de campaña en ese cruce de calles que hay en Tokyo y al que todo el mundo le saca fotos por ser el más transitado del mundo, tendría mucho menos dolor de cabeza que el que me supone ir al súper que hay a dos calles, tres vacas y dos montes de basurilla a la derecha. Y si a eso le sumamos que los indios no entienden ni de hegemonía en el estilo tienes como resultado un evento como el del otro día.
Cuando entramos por sus puertas yo ya me imaginaba que iba a ver de todo, además de libros claro. Mis amigos organizadores indios no me decepcionaron: pude ver vendedores de botellitas de agua con jabón para hacer pompas, un asador de mazorcas de maíz, un puesto donde vendían chilis rebozados y dos grandes clásicos de cualquier evento indio que se precie:
- El puesto que ofrece zapateros para guardar las sandalias cuando llegas a casa
2. La cinta para correr. Ya sabes, mens sana in corpore sano
Real como la vida misma.
Pero detengámonos en un detalle que no deja de asombrarme y del que aún no he sido capaz de preguntar en alguna de estas reuniones como la que os acabo de comentar. Voy a ir directa al grano, sin paños calientes. Desde el primer día que tuve contacto con el mundo editorial indio he podido comprobar la presencia continua de la siguiente obra que bien seguro conoceréis:
No mi digáis por qué pero el «Mein Kampf» de Hitler lo encuentras en cualquiera de las librerías o puestos a los que acudes. Esta presencia tan continuada personalmente no deja de producirme una risa nerviosa y una curiosidad que va in crescendo a medida que pasan los meses en este extraño lugar.
Desde mi escaso conocimiento del país puedo justificarla por la gran afición que les tienen a las biografías, pero esta vocación solo la veo con líderes de su país: Nehru, Gandhi, Indira Gandhi, Santa Teresa de Calcuta… Pero, ¿Hitler? Really? Algún día lo haré. Me armaré de valor, lo preguntaré e inmediatamente después os lo explicaré.
Aquí podéis ver otras de las grandes joyas literarias que pueden encontrarse junto a las últimas novedades indias y los grandes clásicos de la literatura universal:
Y si por si con la cinta de correr y los zapateros no teníais bastante y para que no os penséis que todo lo explicado al principio era fruto de imaginación aquí va una exquisita selección de las cosas vistas en esta más que fructífera tarde de sábado:
Y para finalizar mi favorita. El festival de libros estaba unido al festival de artesanía que se celebra previamente al Diwali. Aquí se venden DIYAS que son las pequeñas piezas de cerámica para colocar las velas en casa. Sin estrés:
apartirdeindia 
Un comentario en “Ekamra Book Festival. Su lucha”