Namasté

En esta parte de Europa no hace falta asumir que vas a tomar un café con alguien en el mismo lugar de siempre, encontrar un chai es casi un milagro y las banderas nacionales empiezan a proliferar en el mismo mes que en Bhubaneswar se izaban las de India cuando celebraban su independencia. Hace días que me planteaba escribir una entrada más, pero cambié de opinión.

Este blog nació con la idea de explicar mis andanzas en India, los viajes que hice desde allí y los que el destino nos deparase más tarde. Sin embargo, algunos meses tras mi vuelta, me he dado cuenta de que India abarca demasiado y que ningún país que lo sucediese sería capaz de ofrecer una continuación mínimamente coherente a los posts anteriores.  Busqué una transición adecuada, intenté inventar alguna historia, justificar el cambio, pero no lo encontré. India es el opuesto imposible de todo: ni más fea, ni más bonita, ni más dura, ni más frágil, ni más difícil, ni más fácil, ni más interesante, ni más aburrida. Es todo y nada.

Hoy, cuando escribo estas líneas, la echo de menos por primera vez. Y no sólo echo de menos sus realidades, echo de menos las imágenes que me creaba de ella antes de llegar y con las que volvía en avión otra vez más después de estar semanas fuera.

Esta añoranza no se daría sin la redacción de este blog. A lo largo de estos posts he reído muchísimo, he entendido muchas cosas, me han molestado inmensamente otras y he ido confeccionando poco a poco el recuerdo de dos años que espero que pueda materializarse pronto. También me ha servido de avanzadilla para más tarde, en persona, relataros las experiencias que sé que a muchos aún os cuesta creer. También sé que lo habéis recomendado, han salido entrevistas y alguna que otra foto en algún medio. Gracias a todos. Especialmente a todos los que habéis comentado, a los que me habéis pedido opinión para vuestros viajes y a todos los seguidores de países que ni me hubiera imaginado y de los que no puedo poner cara, pero gracias. Ha sido brutal.

Permitidme un consejo como despedida. Recordad que saludar al sol no solo es un ejercicio de yoga, es dar las gracias a que cada día pueda ser una aventura, para abrazar un mundo que es infinitamente más grande de lo que podemos imaginarnos y lleno de gente maravillosa que puedes encontrarte por el camino.

Un abrazo muy fuerte y… ¡Namasté!

Deja un comentario